Siglos XVII al XIX

Siglos XVII al XIX

El siglo XVII marca el inicio de una época complicada para España y para Lastras. La grave crisis demográfica que sufre Castilla producida por la crisis económica, las epidemias, las duras condiciones climáticas, afectará de una manera considerable a nuestro pueblo que ve como la vecina San Esteban desaparece definitivamente recibiendo La Lastra parte de su población.

La tradición oral nos ha transmitido como causa de la despoblación de San Esteban su mala ubicación cercana a zonas pantanosas como son la Nava, las lagunas Tenca y del Carrizal. 

Sin embargo, como hemos apuntado anteriormente, su desaparición se presenta en un contexto histórico que supera con creces la realidad local. Su ubicación, seguro que no contribuyó a su desarrollo en un momento en que la malaria, endémica y asociada a tierras pantanosas estaba muy presente, pero a pesar de ello, San Esteban se desarrolló correctamente durante tres siglos.

Es solo en una situación de crisis económica y demográfica, como la vivida en el s. XVII, cuando San Esteban desaparece.

El siglo XVIII es de recuperación económica y demográfica. El censo de Floridablanca de 1786, nos indica una población de 409 habitantes, que incluían 1 cura, 1 beneficiado, 1 sacristán, 1 estudiante, 79 labradores, 30 jornaleros , 1 comerciante, 16 fabricantes, 15 artesanos y 12 criados. La entrada en el siglo XIX comienza con la Guerra de la independencia contra los franceses. El paso de las tropas Napoleónicas afectará poco a nuestra localidad limitándose a exigir tributos a su paso por la comarca.

En 1836 encontramos la única actividad militar de la que tenemos constancia cuando una pequeña columna Carlista se enfrenta a los Isabelinos en las proximidades de Lastras.

En 1837, durante la Regencia de Maria Cristina, es abolido definitivamente el régimen señorial y finaliza la dependencia de la casa de Alburquerque. Cada pueblo tendrá ayuntamiento propio, autónomo, constitucional e independiente, independiente de Cuéllar. Será también el momento del definitivo declive de la Comunidad de Villa y Tierra.

En 1845, Pascual Madoz en su celebre diccionario Geográfico, Histórico y Estadístico nos describe la Lastras como:

"En una pequeña altura, le combaten los vientos N. y S. y su clima frío es propenso a tercianas gástricas y pulmonías. Tiene sobre 150 casas distribuidas en varias calles y una plaza. Hay casa de ayuntamiento en buen estado, escuela de instrucción primaria común a ambos sexos, a la que concurren 40 niños y 10 niñas, que se hallan a cargo de un maestro dotado con 1100 rs, Y una iglesia parroquial (Sta. María Magdalena) servida por un párroco de provisión real y ordinaria; hay dos ermitas bastantes distantes del pueblo a quién pertenecen; titulada el Humilladero, y Ntra. Sra. de Sacedón; inmediato a la primera está el cementerio, en paraje que no ofende a la salud pública; se surten los vecinos de aguas potables de una fuente que hay dentro de la población. Confina el término N. Hontalbilla; E. Zarzuela del Pinar; S. Aguilafuente, y O. Torrecilla del Pinar; se extiende 1 leg. Por N; y 1 y 1/4 por E. S. Y O. Y comprende un despoblado titulado San Esteban, un monte pinar con el nombre de los Quemados y el bosque de la Serreta, en donde hay un palacio; le atraviesa a distancia de ¼ de legua del pueblo el río Cega sobre el que se encuentra un puente en el que se paga pontazgo. El TERRENO es de segunda calidad; CAMINOS: los que se dirigen a los pueblos limítrofes en regular estado; PRODUCCIÓN: trigo, cebada, centeno, algarrobas, garbanzos y cáñamo; mantiene ganado lanar, vacuno y yeguar; y cría alguna caza. IND. Y COMERCIO: la agrícola, 2 molinos harineros, alfarería; algunos tejedores de lienzo; y exportación de lo sobrante. POBLACIÓN: 135 vec, 573 almas"