Un verano más, el yacimiento de Confloenta avanza con una campaña de estudio, que se centra en este emplazamiento del actual término municipal de Duratón. Allí se ubica la única ciudad romana de la provincia con posibilidades de exploración al completo y el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente la ha visitado esta mañana, junto al vicepresidente y diputado de Cultura, José María Bravo, y el diputado de Hacienda y Desarrollo Económico, Óscar Moral, para contemplar los progresos que está llevando a cabo este verano un equipo de diez profesionales que se encargan de los trabajos técnicos de excavación. Además, a ellos se suman alrededor de veinte acompañantes voluntarios universitarios, fundamentalmente de la Universidad de Salamanca, con la que la institución provincial mantiene un convenio, pero también estudiantes de otras universidades españolas. En total, cerca de una treintena personas, a las que se unen los profesionales externos que se encargan de tareas de cartografía o topografía, entre otras.
De Vicente ha recorrido la zona norte del yacimiento, donde continúa la actuación en torno a los baños públicos romanos, del siglo II d.C. Sin embargo, el responsable del equipo científico, Santiago Martínez Caballero, ha argumentado que hay un núcleo de baños precedente y, por eso, se ha ampliado la zona de intervención, con el hallazgo de nuevas estancias de baño, que presentan el recorrido habitual (Frigidarium, Caldarium…). Las excavaciones alcanzan igualmente unos hornos, con el objetivo de determinar si están relacionados con esos baños o si pertenecen a áreas artesanales que se situarían en la misma manzana. En paralelo, prosiguen las labores para definir el perímetro de las termas, como ha explicado Martínez Caballero.
Las investigaciones se centran, por tanto, en un periodo que abarca desde el siglo I a.C. -cuando la ciudad de Confloenta fue fundada- hasta el IV d.C. Mediante el análisis de fotografías por satélite, entre otros métodos, se establece que el tejido de esta ciudad contaba con unas 25 ó 30 hectáreas de superficie originariamente, llegando hasta las 70 en los siglos II y III d.C. Y si se suman las zonas de santuario, cementerio y áreas artesanales, se llegaría a las 111 hectáreas, lo que la convierte en una ciudad de tamaño considerable en la época. De hecho, se extiende casi dos kilómetros de este a oeste y alrededor de 1,2 kilómetros de norte a sur, según los cálculos del equipo científico.
La institución provincial lleva desde 2016 impulsando estos trabajos arqueológicos, y este año apoya la excavación con 50.000 euros, que, sumados a las siete campañas anteriores, hacen un total cercano a los 300.000 euros de inversión en estos estudios. Un ámbito que, recientemente, ha recibido una subvención de 1.887.660 euros para la consolidación y musealización de las Termas de la Fortuna. Es un proyecto en el que desde hace años trabaja el Área de Cultura de la Diputación y que se beneficia así de esta ayuda, canalizada por el Ministerio de Industria y Turismo, y que corresponde al PRTR ligado a fondos Next Generation de la Unión Europea, para la mejora de la competitividad y dinamización del patrimonio histórico con uso turístico.
Para Miguel Ángel de Vicente, “aunque desde la Diputación no tenemos ninguna competencia en esta materia, creemos que debemos estar presentes en el apoyo a este patrimonio que nos hace especiales como territorio”. Por eso, desde la institución provincial, se está pensando en alguna fórmula de apoyo más global a todos los yacimientos hallados en la provincia, “para continuar conociendo y valorando nuestro pasado”.